Algo interesante para leer
A principios del mes de enero de 2014, mi esposo Raúl por fin llevó a un contratista para que modificara dos habitaciones de nuestra casa. Después de explicarle nuestras necesidades, hizo un proyecto de trabajo que aprobamos. Durante dos meses y medio, de martes a sábado, tendría mi casa llena de polvo y gente.
Mi marido trabaja fuera del Estado y desde hacía 6 meses, solo nos veíamos los fines de semana, de tal modo que aunque Raúl supervisara el avance los sábados, yo era la que tenía que estar al tanto de la obra.
El contratista era un hombre llamado Javier. Me agradó la forma en la cual desempeñaba su trabajo y después, la forma de llevarse con sus compañeros. Aunque era el jefe, jamás se mostró grosero o prepotente. Era el primero en llegar y el ultimo en irse. (Sí, muy raro)
A la segunda semana de observar su forma de ser, quise hacer una prueba: El martes a las 11 de la mañana, fui a mí recamara, me bañe, maquille y vestí como cuando espero a Raúl y tenemos ganas de sexo. Me puse un juego de lencería negra, una bata trasparente a tono y espere sentada en la cama. Dos horas antes, le había pedido a Javier, me encontrara en mi recamara. Toco a mi puerta y le pedí que pasara.
-Son las 12. Aquí me tiene, ¿en qué puedo servirle?
-le agradezco la puntualidad. Siéntese aquí, a mi lado.
Le mostré los planos y algunas correcciones. Lo anotó en su cuaderno de trabajo y salió. No se asombró ni hizo comentario alguno de mi atuendo. No me miro más que lo esencial. Respire aliviada de no tener que usar la pistola eléctrica Tasar bajo mi almohada.
Había notado que Javier tenía predilección por el café. Al día siguiente y los que le siguieron, lo esperaba en las mañanas para tomarlo con él, en lo que me ponía al tanto de los trabajos.
-Javier, usted sabe que a raíz de los trabajos, he perdido mi privacidad
-si, aun haciendo nuestro mejor esfuerzo, la obra no quedara concluida antes. Puede ser que incluso, con las nuevas modificaciones, nos llevemos más tiempo, tres semanas mas - respondió
-y para males, este fin de semana mi esposo no viene. Contesté
-Ayer su esposo me llamo y me comentó que no podía venir- aunque ya le envié los avances- respondió
-¿cómo?
-filme con mi celular las nuevas medidas que pusimos en la pared y piso y lo envié a su correo. Las modificaciones a los planos, las escaneé.
- Me agrada su colaboración para que la obra termine lo antes posible- dije- ¿puede venir un par de horas, mañana domingo? Raúl quedo de enviarme las fotos de la cerámica y especificaciones y me agradaría usted estuviera, para que se compre al día siguiente o el martes
-Sra. Elvia, tengo que llevar mi camioneta al taller, sino, en la semana no puedo.
-no se preocupe por eso, en la semana yo mismo lo llevo, pero si necesito su ayuda el domingo.
-está bien... solo le pido que prepare café. ¿a qué hora?
-a las 10 lo espero para que almorcemos juntos. A las 12 ya estará libre de mí.
Por la noche lleve a mis hijos a la casa de mi tía, a que durmieran ahí. Ella me aconsejo que hiciera lo que hiciera, fuera discreta
-Laura, te recuerdo que tengo 36 años –le dije
-por eso te lo digo- a tu edad, ya no tienes miedo, pero puedes olvidarte de que hay ojos por todos lados...
-lo tendré en cuenta, tiita.
Al otro día, Javier llego puntual como siempre, a las 10. Lo recibí perfumada y con un bata marfil que tiene tacto parecido a la seda. Lo tome de la mano y lo lleve a la cocina. Esta vez, además de café, preparé algo rico y almorzamos. Mientras, indague su vida y me entere de su mujer, sus hijas y su trabajo. Él, se entero de mi marido, mis hijos y un poco de mi vida. Me descubrí un poco la bata para que viera que llevaba un juego de lencería
-¿sinceramente, le gusta lo que ve?- le dije cuando esta vez, si lo sorprendí viéndome
-sinceramente-contestó- no lo sé. Veo muy poco- dijo mientras se servía la segunda taza de café.
Me quite la cinta de la bata y esta se abrió, mostrando un poco más.
-aunque no lo crea, es para mí un alivio estar en mi casa sin tanta gente
-¿tanto extraña su privacidad?
-sí, me gusta estar en familia, aunque en esta ocasión mis hijos y marido no están
-Sra. Elvia ¿puedo hacerle una pregunta personal sin comprometer mi trabajo ni el de mis compañeros?
-mmmmm
-no se preocupe, tenga por seguro no le faltaré al respeto
-se que Ud. es un hombre integro, de eso estoy segura. Me preocupa la pregunta...pero está bien, hágala
-hace unos días, Ud. me llamo a su recamara y aunque me llevé una agradable y vistosa sorpresa al encontrarla radiante, me he preguntado cada minuto desde ese día, si usted viste así y por eso extraña la privacidad
-¿vestir así?
-muy...sensual. Y hoy, bueno, verla así, me confunde...espero entienda mi dilema
-para contestarle, tendría que acompañarme a la recamara, con la condición de no romper la discreción que hasta hoy, ha mostrado
-si no la comprometo, ni me compromete, la acompaño...
Taza de café en mano, me siguió. Atravesamos la sala entre cajas y tarimas. Gentilmente me ayudo a cruzar por el pasillo aunque tuvo que dejar su preciado café.
-quédese aquí, a la entrada de la puerta y no hable
-¿puedo ir por mi café?
-si, pero no haga ruido y vea lo que vea y escuche, no me interrumpa.
Encendí la pantalla que tengo en la recamara y entre a Internet. Vi a Raúl como siempre conectado e inicie una video llamada.
-¿que tal? amor ¿me escuchas? ¿Me ves? -dije
-si. Claro
-¿donde estas?
-en el departamento. Estoy con el Dr. Lucio y el Dr. Andrés
-¿tendrás unos minutos para tu adorable esposa?
-claro. Espera un momento en lo que me llevo la lap a la recamara................................................................
-listo.
-¿recuerdas que me pediste el conjunto azul eléctrico? Te tengo una sorpresa-dije-
Puse música y comencé a bailar. Me quite la bata al compás y después prenda por prenda hasta quedar solo con zapatillas. (Eso dicta el strip tease) Yo veía la cámara web y de vez en cuando a Javier, que bajo la puerta, ya no tomaba café y solo me veía.
-chao amorcito. En una hora o un poco más te llamo nuevamente, ya que Javier haya llegado
-chao amor....-contestó- guauuuuuu y requeté guauuuu
Apague la pantalla.
Desnuda, me acerque a Javier, lo tome de la mano, le quite la taza de la otra, la deje en el buró y lo senté en el borde de la cama.
-mi marido no está conmigo. Tiene a su cargo a varias mujeres que obtendrían ventaja económica si se acuestan con él y si se ponen listas, hasta el marido me quitan. ¿Creé que me voy a quedar cruzada de brazos? -le dije mientras me paseaba frente a él.
-Sra. Elvia, es Ud. una mujer muy inteligente y bella.
-aquella ocasión que me encontró un poco mas vestida...era para el mismo fin.
-si, comprendo....Mi pregunta ha sido contestada. La felicito por luchar así por una relación. Si las mujeres tuvieran su inteligencia, no habría divorcios.
-gracias por comprenderme. Es difícil encontrar a un buen hombre como usted.
Se levanto. Yo rompí su indecisión y lo abrace. Javier me tomó de la cintura. Me quede por segundos pegada a su pecho. Me separé de él, me quite mis zapatillas y me metí bajo el edredón, cubriéndome.
-Javier, ahora ya sabe el porqué de mi actitud. Ahora, ¿porque le preocupa comprometer su trabajo?
-Sra. Elvia, a mi cargo están varios compañeros y ellos son jefes de familia. Si yo me equivoco por el motivo que sea, los dejo sin dinero. Una indiscreción mía o de ellos y perdemos el trabajo. Para cómo está la situación, no nos podemos dar ese lujo. Veamos lo que veamos o escuchemos lo que escuchemos, nos callamos y seguimos concentrados en el trabajo.
-¿por eso el respeto?
-en parte sí. La discreción y el respeto nos traen más clientes. Claro, el trabajo que hacemos es bueno.
-yo le prometo que no habrá problemas ni indiscreciones, siempre y cuando Ud. me prometa lo mismo-dije
-prometido -contestó.
Le pedí se sentara al borde de la cama. Moví el edredón a un lado y mostrándome toda, lo volví a abrazar. Acercándome a su oreja, le dije:
-¿quiere usted acompañarme un momento, aquí, bajo las sabanas?
- Sra. Elvia, si lo haría, pero me siento incómodo. Sé que usted es muy limpia y aun no me baño.
-si ese es el problema, pase a la regadera. Ud. sabe de sobra, donde está. Aquí lo espero. Le recuerdo que en una hora, dos máximo, mi esposo espera una nueva video llamada.
Javier tardo 10 minutos o 15 en entrar y salir. Yo veía la tv cuando salió, solo con una toalla. Abrí el cobertor y lo invite a la cama. Entró desnudo a mi lado. Recibí su cuerpo húmedo y el recibió el mío dispuesto .Javier me beso los minutos suficientes para calentarme poco a poco. Recorrió todo mi cuerpo y me hizo un oral que me saco dos orgasmos. Cuando fue mi turno, lo acosté en la cama y le di una mamada que termino con una eyaculación en mi boca. Lo deje descansar un par de minutos y le ofrecí mi conchita nuevamente mientras nos acomodábamos para un 69. Le chupe otra vez hasta que creció y de ahí, me monté. Lo guiaba a las posiciones que me resultaban más placenteras. Cuando nuevamente se vino, me sujeto de cintura mientras yo estaba en cuatro.
Me pidió usar la regadera nuevamente. Mientras el entraba al baño de la recamara, yo hice lo mismo en el baño contiguo. Minutos más tarde lo encontré en la cocina, tomando, sí... café.
-y ¿ahora que sigue? - me dijo
-me la he pasado muy bien con usted Javier. Ha sido un momento maravilloso. Le pediría me ayudara a conservar la misma imagen ante sus trabajadores
-no se preocupe, aquí entre USTED y yo, no ha pasado nada
-y con mi marido, bueno...lo mismo
-¿habrá una segunda vez?
-aquí en la casa, no. Afuera, no lo sé. Fue una coincidencia que ni mi marido e hijos no estuvieran.
-comprendo totalmente.
-venga, acompáñeme nuevamente a la recamara. Esta vez, es trabajo.
Subimos, hice la video llamada y Raúl nos mostro algunos pisos cerámicos y entre él y Javier se pusieron a discutir cual era lo mejor. Después de media hora, termine la Video llamada. Acompañe a Javier a la salida y regrese a mi cama. Encendí la pantalla e Inicie otra conversación con mi esposo.
-hola...hola...estoy solita
En la pantalla apareció la imagen de mi marido, después la de Luis y por último, Manuel. Alejaron la lap para verlos a los tres
-apuesta ganada - dije-
-pues ni modo- contesto Raúl. -Te llevaré a Cancún al finalizar la obra.
-creo te pedí muy poco. La apuesta fue de dos meses. Lo hice en la mitad del tiempo.
-Elvia-dijo Manuel-Mis respetos. Dichoso el tal Javier. Muy rico como se lo hiciste. Y cuando te inclinabas hacia la cámara, se te veía un....mmmmm rico
-se que los tres me extrañan...era lo menos que podía hacer por ustedes
-y Javier... ¿no se dio cuenta que los estábamos viendo?
-no lo creo. Puse el silenciador para que no saliera sonido y después cambie el canal al auxiliar de video, donde está el sistema de las cámaras. En uno de esos canales, la pantalla sale negra.
-eres la mejorrrrrrrrrrr -grito Luis. Y ahora entiendo porque tu marido trajo las muestras de piso...ni hablar, hacen buen equipo.
-Tu diras. Si no fuera por él, no me hubieras conocido. Besitos a todos, me despido pues tengo que ir por mis hijos y ya se hizo tarde. Los veo después.
Mientras manejaba, recordé que Luis me había obsequiado el conjunto negro justo cuando cumplimos un año de ser amantes. Y Manuel, el conjunto que horas antes les había lucido. Con Manuel eran ya, tres años. Ambos eran amigos de mi marido y él me los había conseguido. El fin de semana se fueron a una convención. Y, me hubiera ido con los tres, pero la obra que tenía en la casa, no me dejo.
Mi tía Lucia me abrió muy sonriente
-cuéntamelo todo -me dijo
-y ¿mis hijos?
-jugando wii con la vecina
-bien, pero invítame un brandy
-¿gustas café?
-no. Café noooooooooooo. Ya lo sueño...
Después de media botella de brandy entre ambas, y de contarle todo con lujo de detalles,me dijo:
-no sabes qué envidia me das…
-¿porque envidia? Tú puedes hacer lo mismo. Tienes solo 4 años más que yo y tu figura es bonita
-¿y exponerme a que mi marido me descubra y me dé una tunda? No, gracias. Si pensara como Raúl, otra cosa seria, pero ya vez, me toco un burro de esposo
-jajaja… es buen tipo tu marido
-sí, eso que ni qué, pero si fuera más abierto, no tendría que ocultarle nada.
-te he aconsejado que se lo digas
-no lo soportaría. Es un hombre fiel, amante, cariñoso...pero de ideas cortas.
-una lastima...
-y... ¿cuando regresa Raúl?
-la próxima semana. Si te hubieras ido con él....diversión triple.
-y ¿que le digo a mi marido? ¿Fíjate que me voy con el sobrino y sus amigos para que me cojan? Al fin que es solo un fin de semana...
-comprendo, pues...
-ahora que regrese...mmmmm.... ¿me dejas estar con él?-me dijo muy sonriente
-claro, le digo que se venga preparado.
-entonces, ¿me invitan a comer el próximo domingo?
-por supuesto, en la semana le llamo a tu marido para que sepa que vas a estar con nosotros.
-me compre un conjuntito que sé, le va a encantar a tu marido
-¿me lo muestras?
-nooooooo...hasta el domingo....
Mis hijos llegaron. Pedimos pizza y después de agradecerle a Lucia sus cuidados, regresamos a nuestra casa.
Me acosté cansada y feliz. Tuve un domingo muy movido. El próximo, me tocaría a mí darles espacio y tiempo a mi esposo y a Lucia.
Egoista no soy. ¿cómo podría serlo con un esposo así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario